Fotografía: (c) Vimet |
"Para estados carenciales: rocanrol y otras coplas. Para terapias de grupo: teatro de veras. Y para fiestas sin complejos: "El intérprete", que mezcla las dos cosas con energía vital. Si tu médico no te lo receta, pregunta por un tal Asier en tu escenario más cercano y que te pase de lo suyo. Pero cuidado, la sobredosis puede provocar licantropía, vampirismo y un salvaje deseo de vivir la vida, de esquivar cantando ese lento suicidio que nos va matando a diario, y de tirar para adelante a pesar de todo creyéndonos maravillosos, creyendo no estar solos."
Jonás Sainz - Diario La Rioja. 04/02/14.
No hay comentarios:
Publicar un comentario